Actualmente existen tres formas principales de publicación científica: las tradicionales Paywalled Journals, en las cuales el científico publica los resultados de su investigación pero tal publicación está disponible a un poquísimo número de personas u organizaciones, quienes pagan por acceder a ese contenido; las Open Access Journals, que son revistas digitales que proveen de acceso libre a los artículos que publican para todo aquel con conexión a internet (bajo este esquema quien asume los gastos de publicación es el propio autor o un organismo de financiamiento público); y finalmente los pre-prints servers, que son repositorios en los cuales se colocan manuscritos científicos pero cuyo contenido no ha sido publicado en revistas ni arbitrado. Los pre-prints servers son populares entre la comunidad de físicos, matemáticos y computólogos, pero son tomados con mucha desconfianza (injustificada) en la comunidad de bio-científicos (bioquímicos, biólogos moleculares, biomédicos, bio-etcéteras).
Mucho se puede discutir acerca de la nocividad de las paywalled journals, las cuales impiden de facto el avance de la ciencia al limitar el acceso a los artículos académicos. La contraparte, las revistas Open Access, han proliferado y se convierten en alternativas cada vez más populares aunque no exentas de crítica y de juicios severos entre la comunidad académica. Sin embargo, aunque las revistas de acceso abierto son cada vez más populares y este modelo se perfila como el modelo de publicación académica para el futuro, existe mucha confusión aún entre qué significa Open Access, la calidad de los artículos que se publican bajo este estándar y otros aspectos referentes a este tipo de publicaciones. Por ello, aquí les presento algunos datos respecto al acceso abierto y algunos mitos que rondan al respecto.
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